Ecuador enfrenta un desafío crucial en su sistema carcelario mientras presos, vinculados a bandas criminales, amenazan con retener a guardias penitenciarios si no se realiza un traslado masivo. Esta situación, reportada por el organismo encargado de administrar las prisiones en el país, pone de manifiesto la urgencia de abordar las condiciones carcelarias y las tensiones entre reclusos y autoridades. 

Las causas subyacentes de esta crisis son multifacéticas. Factores como el hacinamiento, la falta de programas de rehabilitación efectivos y las rivalidades entre grupos delictivos han contribuido a crear un ambiente volátil en las cárceles ecuatorianas. Además, las condiciones de vida precarias y la violencia cotidiana dentro de las prisiones han llevado a una escalada de tensiones que ahora se manifiesta en estas amenazas.

"Se generaron incidentes en algunos Centros de Privación de Libertad, debido a amenazas de un grupo de delincuencia organizada, con el objetivo de presionar por un traslado masivo" de reclusos vinculados con esa banda, señaló el SNAI en un comunicado.

Es crucial que las autoridades tomen medidas inmediatas y efectivas para abordar esta crisis. Esto podría implicar una revisión profunda de las políticas penitenciarias, incluido el aumento de recursos para mejorar las condiciones de vida de los reclusos y garantizar su seguridad. Además, la implementación de programas de rehabilitación significativos puede ayudar a reducir las tensiones y proporcionar a los reclusos una vía para la reintegración en la sociedad. 

Entre enero y septiembre de este año la cifra de homicidios fue de 33 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, que estima que la tasa ascenderá al récord de 40 muertes hacia finales de 2023.