Una tragedia fue prevenida gracias a una intervención rápida y coordinada en un resguardo indígena de Risaralda, donde se había planeado un acto de suicidio masivo. La alerta fue recibida por las autoridades locales, quienes actuaron de inmediato para evitar la tragedia. 

Según informes preliminares, 20 mujeres, de entre 14 y 18 años del resguardo indígena Bichubara habían expresado la intención de llevar a cabo un suicidio colectivo. Las razones detrás de esta decisión no han sido completamente esclarecidas, pero la pronta respuesta de los líderes comunitarios, la Defensoría del Pueblo, la Secretaría de Salud Departamental y las autoridades locales, se logró disuadir a las personas involucradas. 

La intervención incluyó la movilización de equipos de salud mental, líderes comunitarios y autoridades locales para brindar apoyo y asesoramiento a aquellos que estaban en riesgo. Se estableció un diálogo abierto y respetuoso para comprender las preocupaciones y ofrecer soluciones a los problemas que pudieron haber llevado a este trágico plan. 

La importancia de la salud mental y el apoyo comunitario ha sido subrayada por este incidente. A menudo, las comunidades indígenas enfrentan desafíos únicos que pueden afectar la salud mental de sus miembros. Este suceso destaca la necesidad de fortalecer los recursos de salud mental y el apoyo comunitario en estas áreas. 

Aunque la situación fue controlada y se evitó una tragedia, este evento subraya la necesidad continua de abordar las cuestiones de salud mental y bienestar en todas las comunidades, asegurando que haya recursos y apoyo disponibles para aquellos que enfrentan dificultades.