El mundo del fútbol se encuentra de luto tras la triste noticia del fallecimiento de Franz Beckenbauer, este lunes 7 de enero,  la icónica leyenda del deporte rey. A sus 78 años, Beckenbauer deja un legado imborrable que abarca décadas de contribuciones al fútbol, tanto como jugador como estratega, siendo recordado por su elegancia en el campo y su impacto duradero en el deporte que amó. 

Franz Anton Beckenbauer, apodado "Der Kaiser" (El Emperador), nació el 11 de septiembre de 1945, en Múnich, Alemania. Su carrera futbolística brilló con luz propia desde temprana edad, y pronto se convirtió en una figura emblemática tanto en su país natal como a nivel internacional. 

Como defensa central, Beckenbauer dejó su huella en el terreno de juego con una elegancia única y una habilidad para anticipar y liderar que lo destacaron entre los mejores jugadores de su generación. Su visión táctica y capacidad para conectar con sus compañeros de equipo hicieron de él un líder indiscutible. 

La familia emitió un comunicado informando la noticia: “Con profunda tristeza anunciamos que mi esposo y nuestro padre, Franz Beckenbauer, falleció pacíficamente mientras dormía ayer domingo, rodeado de su familia. Les pedimos que puedan llorar en silencio y abstenerse de hacer preguntas”. 

La época dorada de Beckenbauer incluyó triunfos memorables. Como jugador, formó parte esencial del equipo nacional alemán que ganó la Copa del Mundo de la FIFA en 1974, siendo él mismo el capitán del equipo. Además, su exitosa carrera con el Bayern Munich le llevó a ganar títulos nacionales e internacionales, dejando una marca imborrable en la historia del club. 

La influencia de Beckenbauer en el fútbol alemán no se limitó a su tiempo como jugador. Después de colgar los botines, asumió un papel destacado como entrenador y dirigente. Guió al equipo nacional alemán a otro título de la Copa Mundial como entrenador en 1990, cimentando aún más su estatus como una figura esencial en la historia del fútbol.