La isla de San Andrés vivió una Semana Santa desolada debido a la ausencia de turistas.

Lo que refleja una drástica disminución en la ocupación hotelera de San Andrés se ha traducido en una fuerte caída en los ingresos para los comerciantes locales y los trabajadores del sector turístico. Cotelco estima que esta podría ser la "semana más nefasta de los últimos 20 años", con una ocupación hotelera que apenas alcanza el 30% en el 2024. La economía de San Andrés, Providencia y Santa Catalina depende en gran medida del turismo, y la falta de visitantes ha dejado a los residentes enfrentando dificultades financieras.

Además de la falta de turistas, la reducción en la conectividad aérea ha sido un factor determinante en la crisis que enfrenta San Andrés. Antes de la pandemia, la isla solía recibir una gran cantidad de vuelos diarios, pero ahora se ha reducido a la mitad, con solo dos aerolíneas principales operando en la zona. La falta de rutas aéreas directas ha hecho que sea más difícil para los turistas llegar a la isla, lo que ha contribuido aún más a la caída en la ocupación hotelera.

En cuanto a las medidas gubernamentales, la falta de cumplimiento de promesas como la exoneración del IVA a la gasolina para aviones y la aplicación de la ley de frontera ha generado frustración entre los empresarios del sector turístico. Estas medidas podrían ayudar a reducir los costos de operación y hacer que San Andrés sea más atractiva para las aerolíneas y los turistas, pero su falta de implementación ha sido una fuente de preocupación y descontento.