El expresidente Álvaro Uribe presentó una recusación contra el fiscal primero de la Unidad Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, Gilberto Villarreal, quien había solicitado imputarle cargos y llevarlo a juicio por presunto fraude procesal y soborno a testigos. Uribe argumenta que existen seis causales para recusar al fiscal, solicitando la designación de un nuevo fiscal que garantice la objetividad e imparcialidad del proceso.

Uribe señaló que las circunstancias objetivas que ponen en duda la imparcialidad de Villarreal incluyen su relación de cercanía y confianza con Eduardo Montealegre y Jorge Perdomo, quienes fueron sus jefes y ahora actúan como víctimas en el proceso contra el expresidente. Uribe aseguró que Villarreal trabajó durante la administración de Montealegre y Perdomo, lo cual, según él, compromete su imparcialidad.

El exmandatario subrayó que la intervención de Villarreal en la audiencia del 24 de mayo de 2024 reflejó graves prejuicios en su contra, evidenciando su parcialidad. Según Uribe, el fiscal se opuso al recurso de la defensa y solicitó el reconocimiento de Montealegre y Perdomo como víctimas, lo que demuestra un interés particular en el caso.

Uribe también mencionó que Villarreal dejó vencer el término del artículo 175 de la ley 906 de 2004 respecto a las conductas por las que no acusó, aplicando así el artículo 56 de la misma ley. Además, semanas atrás, el abogado defensor del expresidente, Jaime Granados, había apelado para que Montealegre, Perdomo y Deyanira Gómez no fueran reconocidos como víctimas, solicitud que fue aceptada.