El pasado martes, una estampida trágica en un encuentro religioso en Hathras, Uttar Pradesh, India, resultó en la muerte de al menos 116 personas, en su mayoría mujeres y niños. La multitud se congregó en un descampado tras la invitación de un líder religioso local, bajo sofocantes temperaturas. El caos se desató cuando los devotos intentaron tocar al predicador mientras descendía del escenario, según informó Yogi Adityanath, ministro principal de Uttar Pradesh.

Videos difundidos en redes sociales muestran los devastadores resultados, con cadáveres apilados frente a un hospital local. Ashish Kumar, administrador del distrito de Hathras, atribuyó el incidente al hacinamiento mientras la multitud intentaba abandonar el lugar. Un testigo relató a India Today que la estrecha salida del recinto y el barro húmedo contribuyeron a la tragedia, mientras otros mencionaron que las personas caían en un desagüe bajo la carretera, quedando aplastadas en la confusión.

La presidenta de India, Draupadi Murmu, calificó el suceso como "desgarrador", expresando su más sentido pésame y deseando una pronta recuperación a los heridos. El primer ministro, Narendra Modi, aseguró la participación del Gobierno central en las operaciones de rescate y prometió asistencia a las víctimas, anunciando una indemnización de 200.000 rupias para las familias de los fallecidos y 50.000 rupias para los heridos.