En un inicio caótico de los Juegos Olímpicos, el partido de fútbol entre Argentina y Marruecos en el Stade Geoffroy-Guichard de Saint Étienne terminó envuelto en controversia y confusión. Lo que parecía ser un empate asegurado para Argentina se transformó en un escándalo monumental debido a una revisión del VAR que tomó una hora y media.

Argentina, que perdía 2-1 en su debut, logró empatar con un gol de Cristian Medina en el minuto 115, tras una reposición de 15 minutos otorgada por el árbitro Glenn Nyberg. La extensión del tiempo adicional fue debido a una serie de eventos, incluyendo fingimientos de lesión y la invasión del campo por parte de hinchas marroquíes. Mientras los jugadores argentinos celebraban, el caos se desató con los hinchas marroquíes lanzando bombas de estruendo y botellas al campo. Lo que parecía el final del partido se transformó en una prolongada espera cuando el VAR decidió revisar el gol de Medina.

Después de casi dos horas y con el estadio vacío, los jugadores regresaron al campo para una breve sesión de calentamiento mientras esperaban la decisión final. Finalmente, el árbitro anuló el gol de Argentina, lo que resultó en una derrota por 2-1. Este insólito y bochornoso episodio será recordado como uno de los momentos más controvertidos en la historia del fútbol olímpico. El partido se completó con tres minutos adicionales a puertas cerradas, dejando a Marruecos con la victoria en el grupo B de los Juegos Olímpicos.