Tras el atentado suicida ocurrido en Ankara, que dejó heridos a dos agentes de seguridad y fue reivindicado por el grupo militante kurdo PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), Turquía lanzó una serie de ataques aéreos masivos en respuesta. Las fuerzas armadas turcas alcanzaron 32 objetivos en Siria e Irak, principalmente refugios, cuevas e instalaciones petrolíferas utilizadas por el PKK. Este operativo se enmarca dentro de la estrategia de Turquía para neutralizar las amenazas insurgentes kurdas en la región. Estos bombardeos se suman a la captura de más de 113 sospechosos relacionados con el PKK en diversas ciudades de Turquía, en un intento por desmantelar las redes militantes dentro del país. El presidente Recep Tayyip Erdo?an calificó estos actos como una respuesta inevitable a los ataques terroristas contra su nación, subrayando su compromiso de seguir combatiendo a las fuerzas insurgentes. Este último ataque ha generado tensiones adicionales en las regiones fronterizas, dado que tanto Siria como Irak albergan grupos kurdos que operan en resistencia al gobierno turco. Turquía sigue liderando una ofensiva constante contra el PKK, que lleva décadas de conflicto con el Estado turco?.