El gobierno de  Gustavo Petro  ha puesto sobre la mesa un cambio trascendental para el  Icetex , una de las instituciones educativas más emblemáticas de Colombia. Este domingo, el presidente ratificó su intención de convertir al Icetex en un banco de primer piso, permitiendo que el sector privado aporte recursos para financiar la educación superior. Sin embargo, esta propuesta ha generado un debate polarizado, enfrentando posturas que van desde la necesidad de transformación hasta la defensa de su esencia histórica como una entidad de solidaridad social.

Petro no dudó en señalar al expresidente Álvaro Uribe como responsable de la situación actual del Icetex, describiéndolo como el arquitecto de un sistema que “prefirió construir un sistema financiero sobre la educación superior, en lugar de tratar la educación como un derecho”. Ahora, el mandatario propone que la entidad pueda «recaudar ahorro del público», asegurando que grandes empresarios inviertan en lo que denominó “el banco del saber”.

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El banco del saber: la visión del gobierno Petro

El presidente y su ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, coinciden en que el Icetex necesita un cambio estructural para dejar atrás un modelo que, según ellos, ha endeudado a miles de jóvenes hasta el punto de afectar su dignidad y salud mental.

Rojas anunció que ya se está preparando un proyecto de ley que será presentado al Congreso en el primer semestre de 2025. Este proyecto busca convertir al Icetex en una banca de primer piso, financiada no por el presupuesto nacional, sino por el ahorro de grandes empresarios. Según Rojas, esta transformación garantizaría créditos más accesibles y permitiría que los jóvenes no solo hablen del “primer empleo”, sino de su “primera empresa cooperativa”.

Sin embargo, el reto no solo está en cambiar el modelo financiero. Petro enfatizó que este banco podría ser una herramienta para democratizar la educación superior y fomentar la creación de empresas cooperativas por parte de los egresados. A través de esta iniciativa, el gobierno busca que la educación sea vista como una inversión social, con el sector privado jugando un rol más protagónico.

Críticas y defensas del modelo actual

La propuesta de Petro no ha estado exenta de críticas, especialmente por figuras que defienden la misión original del Icetex. Una de las voces más resonantes es la de Ingrid Betancourt, excandidata presidencial e hija de Gabriel Betancourt, el fundador del Icetex. Betancourt expresó su preocupación por el futuro de la entidad, asegurando que su esencia como institución de solidaridad social podría estar en riesgo.

“En años anteriores, el Icetex evitó ser convertido en un negocio cuando su razón de ser es ofrecer créditos educativos accesibles a jóvenes sin recursos”, señaló. Para ella, la sostenibilidad del modelo actual radica en la capacidad de los estudiantes que pagan sus créditos, quienes a su vez permiten que otros accedan a la educación.

Betancourt también alertó sobre el posible peligro de que la institución caiga en manos de intereses privados que no comprendan su misión. En su opinión, el gobierno debería enfocarse en fortalecer la institución y en garantizar que los créditos no se conviertan en una carga insostenible para las familias, en lugar de transformarla en un banco que, según sus palabras, podría perder de vista su propósito social.

¿Un modelo financiero sostenible o una carga para el sector educativo?

El debate también ha girado en torno a la sostenibilidad del modelo que propone el gobierno. Mientras Petro y su equipo ven el ahorro del sector privado como una solución innovadora, algunos expertos cuestionan si esto realmente beneficiará a los estudiantes de menores recursos. Críticos señalan que depender del sector privado podría desviar el enfoque del Icetex hacia la rentabilidad financiera, alejándolo de su misión de inclusión educativa. Además, existe preocupación sobre si los grandes empresarios estarían dispuestos a destinar parte de sus recursos a una banca estatal, considerando las alternativas más rentables que existen en el mercado financiero.

Por otro lado, los defensores de la propuesta argumentan que este cambio podría romper con las estructuras de deuda que han llevado a miles de jóvenes a enfrentar cargas económicas insostenibles. Según Petro, este banco tiene el potencial de empoderar a los estudiantes para que construyan sus propios proyectos cooperativos y empresariales, contribuyendo a una transformación social más amplia.

Un debate que definirá el futuro del Icetex

La transformación del Icetex planteada por el gobierno de Petro representa un punto de inflexión en el sistema educativo colombiano. ¿Es posible garantizar la educación como un derecho mientras se involucra al sector privado en su financiación? ¿Podrá este modelo realmente aliviar la carga de los estudiantes sin desvirtuar la misión de la institución?

Mientras el Congreso se prepara para debatir el proyecto de ley en 2025, la discusión seguirá dividiendo opiniones. Por ahora, el desafío está en encontrar un balance entre la sostenibilidad financiera y la accesibilidad educativa, asegurando que el Icetex siga cumpliendo su misión de transformar vidas a través de la educación.