Caracas y diversas ciudades venezolanas están en máxima alerta ante la convocatoria de la oposición para una jornada de marchas que promete ser decisiva en la lucha contra el régimen de Nicolás Maduro. Liderada por María Corina Machado, la movilización busca denunciar la falta de legitimidad del gobierno y exigir una transición democrática. “Hoy salimos a demostrar que Venezuela no se rinde y que queremos un cambio real”, afirmó Machado en un mensaje a sus seguidores, donde también llamó a la unidad y a la resistencia pacífica.

En la capital, los puntos de concentración principales serán la avenida Libertador y la plaza Venezuela, espacios que han sido históricamente escenarios de protestas significativas. Sin embargo, las autoridades han tomado medidas preventivas, bloqueando vías y desplegando fuerzas antimotines. Maduro , por su parte, aseguró que no permitirá “desestabilizaciones ni conspiraciones” y reforzó la seguridad en torno al Palacio de Miraflores. Se espera que las fuerzas de seguridad utilicen tácticas agresivas para disolver las marchas, una estrategia que ha sido recurrente en movilizaciones pasadas.

La oposición ha hecho un llamado a la población para salir masivamente, destacando que esta jornada marca un punto crucial ante la toma de mando de Maduro el 10 de enero, una fecha que consideran ilegítima. Según analistas, estas protestas podrían ser las más significativas de los últimos años, no solo por la participación esperada, sino también por el contexto político y social que atraviesa el país. “El pueblo está cansado de la represión y la miseria, estas marchas son una expresión de hartazgo colectivo”, indicó un politólogo consultado.

En ciudades como Maracaibo, Valencia y Barquisimeto, los ciudadanos también se preparan para salir a las calles, pese al temor generado por la represión gubernamental. Las organizaciones de derechos humanos han advertido sobre el uso excesivo de la fuerza y las detenciones arbitrarias que suelen acompañar estas manifestaciones. Hasta ahora, se han reportado casos de vigilancia a líderes opositores y posibles restricciones en las comunicaciones, estrategias que buscan desmovilizar a los manifestantes.

La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estas protestas. Países como Estados Unidos, España y varios integrantes de la Unión Europea han reiterado su llamado a respetar los derechos humanos y permitir la libre expresión. Además, se espera que organismos como la ONU emitan comunicados ante cualquier violación documentada durante la jornada. “La presión internacional es clave para frenar los abusos del régimen”, sostuvo un representante de una ONG local.

El ambiente en Venezuela es de tensión e incertidumbre. Mientras el régimen refuerza su aparato represivo, la oposición promete mantenerse en las calles como símbolo de resistencia. Machado ya ha anunciado que, independientemente de los resultados de la jornada, las movilizaciones continuarán en los próximos días. “No podemos detenernos ahora, Venezuela necesita unidad y valentía”, declaró la líder opositora, quien sigue siendo una de las principales figuras de la lucha contra Maduro.