Un silencio escalofriante se apoderó de Chiquinquirá, Boyacá, Colombia, desde que una niña de 9 años desapareció mientras paseaba a su mascota el 16 de enero. La niña, cuyo nombre se mantiene en reserva para proteger la privacidad de su familia, simplemente desapareció, dejando a sus seres queridos y a toda la comunidad en un estado de angustia y suspenso.  La Fiscalía General de la Nación, en un trabajo incansable junto a la Sijín de la policía de Boyacá, ha centrado su investigación en Daniel Josué Zambrano Cáceres, quien ahora está tras las rejas y enfrenta cargos por desaparición forzada agravada. La investigación pinta un panorama preocupante de lo que pudo haber sucedido ese fatídico jueves: los testigos ubican a Zambrano Cáceres cerca de la zona donde desapareció la niña, y luego fue visto manejando su automóvil alejándose del pueblo.  Ese mismo vehículo se convirtió en una pieza clave de evidencia cuando fue descubierto en un taller de carrocería local. Según se informa, Zambrano Cáceres había llevado el vehículo a reparar, pero los investigadores forenses descubrieron rastros de fluidos biológicos y otras pistas inquietantes en el interior del mismo. Estas muestras están siendo analizadas actualmente en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, y los resultados podrían resultar cruciales para el caso.  Zambrano Cáceres ha admitido haber llevado a la niña en su vehículo, pero insiste en que no sabe dónde se encuentra actualmente.  Por ahora, Zambrano Cáceres permanece en prisión, sin derecho a fianza mientras se desarrolla la investigación.