En un duro golpe al narcotráfico internacional, las autoridades de Buenaventura, Colombia, han interceptado casi nueve toneladas de cocaína. El enorme cargamento, con un valor estimado en la calle de 453 millones de dólares en el mercado europeo , estaba ingeniosamente oculto dentro de un cargamento de fertilizantes minerales. El cargamento ilícito estaba vinculado a una empresa fachada que operaba en el sector de fertilizantes y productos químicos. Según los informes, la cocaína tenía como destino la ciudad de Toledo, España, con una parada programada en el puerto de Algeciras. Esta redada fue el resultado de una minuciosa investigación dirigida por la Compañía de Selección de Objetivos Antinarcóticos. Su equipo de inspectores y analistas empleó técnicas de elaboración de perfiles de vanguardia y análisis de riesgos para descubrir inconsistencias en la documentación y el perfil operativo de la empresa.  Lo que hace que esta operación sea particularmente intrigante es la astuta táctica empleada por los narcotraficantes: el cargamento desprendía un fuerte olor a heces, una medida aparentemente desesperada destinada a despistar a los perros detectores de drogas y otros métodos de detección. Sin embargo, los agudos instintos y la pericia de los inspectores demostraron ser más que suficientes para este engaño.