El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que restringe el acceso a la tecnología estadounidense, particularmente en el área de inteligencia artificial, a países considerados "adversarios extranjeros". Entre los afectados se encuentran China, Rusia, Irán, Venezuela y Cuba. Aunque el documento no especifica medidas concretas, se espera que tenga un fuerte impacto en sectores estratégicos.

Según la orden, los "adversarios extranjeros" incluyen a China, Hong Kong, Macao, Cuba, Irán, Corea del Norte y Rusia, así como al "régimen del político venezolano Nicolás Maduro". La Casa Blanca justificó la decisión al afirmar que "la seguridad económica es seguridad nacional", destacando la necesidad de proteger sectores como los semiconductores, la biotecnología y la inteligencia artificial.

El gobierno estadounidense argumenta que China ha utilizado inversiones en EE.UU. para acceder a tecnologías clave, impulsando su modernización militar. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha impuesto un arancel del 10% a productos chinos y ha intensificado restricciones a la inversión extranjera, con el objetivo de proteger los intereses de seguridad nacional.

Además, la administración republicana ordenó mayores controles a las inversiones chinas en sectores como tecnología, infraestructura crítica, atención médica y energía. Según el comunicado oficial, el "régimen de Beijing está explotando el capital de EE.UU. para fortalecer su aparato militar y de inteligencia". Por ello, Trump busca que el Comité de Inversiones Extranjeras en EE.UU. (CFIUS) sea más estricto en la aprobación de inversiones foráneas.

En cuanto a Venezuela, el análisis de expertos sugiere que la medida podría acelerar sus alianzas con China y Rusia en el ámbito tecnológico. Jesús Yánez, analista político, indicó que "Maduro lleva años preparándose para afrontar restricciones de este tipo" y que el impacto real podría ser limitado, pues el país ha avanzado en la sustitución de tecnología occidental por la de sus aliados.

Los efectos de estas restricciones también podrían repercutir en telecomunicaciones, equipos médicos y la industria farmacéutica. Según analistas, países latinoamericanos podrían inclinarse aún más hacia la tecnología china, que ofrece alternativas a menor costo. Mientras tanto, Trump defiende su postura asegurando que "EE.UU. no permitirá que sus adversarios se beneficien de su innovación" , en una política que podría redefinir el equilibrio tecnológico global.