La carga, que tenía como destino final la capital del Atlántico, ocultaba cuatro fus1l3s de fabricación americana, siete proveedores calibre 5.56 y dos miras de precisión. Gracias a los rigurosos controles y planes de registro implementados en el aeropuerto, las autoridades lograron identificar esta encomienda sospechosa, la cual contenía las 4rm4s escondidas entre varillas de uso doméstico. Además, en una estrategia poco común, las 4rm4s fueron enviadas fraccionadas en partes separadas para dificultar su detección. Cada uno de estos fusiles tendría un valor aproximado de entre 30 y 35 millones de pesos en el mercado negro colombiano. Debido a su alta precisión y capacidad de fuego, se cree que estaban destinados a estructuras cr1m1n4les con presencia en la región Caribe. Este hallazgo refuerza las sospechas sobre la existencia de redes delictivas que, mediante contactos en el exterior, envían 4rm4s de fuego desde Estados Unidos a Colombia a través de envíos urgentes Courier, aprovechando el alto flujo de mercadería entre ambos países