En un acto que ha generado controversia y rechazo, los Comandos Azules, una de las barras bravas más emblemáticas del país, cruzaron una línea al introducir un ataúd con un muerto al estadio El Campín de Bogotá. Este incidente ha llevado a una sanción por parte de las autoridades deportivas y ha generado un debate sobre los límites del comportamiento en los eventos deportivos. 

“‘El monito’ (uno de los líderes de ese grupo) se merecía una despedida por lo alto en la tribuna que siempre decoró” , expresó la barra en un mensaje publicado en Facebook. 

La imagen del ataúd siendo llevado por los miembros de la barra hacia el estadio ha causado una oleada de críticas. Más allá de la pasión que rodea al fútbol, la acción ha sido ampliamente considerada como insensible y de mal gusto. El secretario de Gobierno de Bogotá, José David Riveros, dijo: “Los identificados ya tienen una nota judicial por la denuncia instaurada tras la agresión contra servidor público. Además de las sanciones impuestas por la Comisión, podrían recibir una restricción de 3 a 5 años para entrar al estadio y una multa que oscila entre los 20 y los 100 salarios mínimos”.  

Los eventos deportivos son lugares para celebrar el juego y la competencia, y la introducción de un ataúd y un muerto al escenario va en contra del espíritu deportivo y el respeto que debe prevalecer. 

Los miembros de la barra fueron sancionados y no podrán ingresar con la camiseta de Millonarios en los próximos cinco partidos, y deberán realizar una acción reparadora para la ciudad, el equipo y los asistentes al estadio. 

Los hinchas que estaban en las graderías observaron con asombro cómo los seguidores de la barra del ‘Indio’ burlaron todos los controles policiales y lograron entrar el féretro con el cuerpo de Cristopher Alexander Jácome Sanguino, de 17 años, quien fue asesinado a tiros días antes mientras jugaba un partido de fútbol.