El Tribunal de Justicia y Paz de Barranquilla ha reiterado la orden de captura contra Salvatore Mancuso, a pesar de su reciente nombramiento como gestor de paz. Esta medida se suma a la compleja situación jurídica que rodea al exlíder paramilitar, quien ha estado involucrado en numerosos casos relacionados con delitos graves. 

La decisión del tribunal refleja la preocupación por la necesidad de garantizar la justicia y la rendición de cuentas, incluso en medio de procesos de reconciliación y búsqueda de paz. Mancuso ha sido una figura controvertida en el escenario político y judicial colombiano, ya que su pasado criminal está marcado por violaciones a los derechos humanos y crímenes atroces. 

El abogado defensor del excomandante de las extintas AUC, Jaime Alberto Paeres, negó que su apoderado tuviera órdenes de captura en Colombia: “Mancuso no tiene órdenes de captura en Colombia y la propia Corte Suprema de Justicia ya estableció que su condena en Estados Unidos debe se tenida en cuenta para homologar su condena de justicia y paz”. 

El nombramiento de Mancuso como gestor de paz generó un debate acalorado en la opinión pública, dividiendo a quienes ven en ello una oportunidad para avanzar en la construcción de la paz y a aquellos que consideran que las responsabilidades penales no deben quedar en segundo plano. 

La reiteración de la orden de captura es un recordatorio de que ningún proceso de paz debe estar exento de la búsqueda de justicia y verdad. Según dijo el ministro, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz será la encargada de delegarle las tareas a Mancuso una vez regrese al país.