En un mundo donde los problemas de abandono de animales callejeros son una preocupación constante, la historia de un sacerdote brasileño está generando inspiración y atención internacional. Este sacerdote, cuyo nombre es João Paulo Araújo Gomes, ha dedicado su vida a recoger perros sin hogar de las calles y darles una segunda oportunidad a través de su trabajo en la iglesia local. 

El padre João Paulo Araújo Gomes, que sirve en la Sant’Ana Gravatá, ha adoptado un enfoque único para abordar el problema del abandono de animales en su comunidad. Durante sus misas semanales, João Paulo no solo comparte la palabra de Dios con sus feligreses, sino que también presenta a perros rescatados que necesitan un hogar. 

Su iniciativa comenzó hace un par de años cuando encontró a un perro abandonado cerca de la iglesia. En lugar de ignorar la situación, Araújo decidió llevar al perro a su hogar y proporcionarle refugio y cuidado. A partir de ahí, su dedicación a ayudar a los perros sin hogar creció. 

La comunidad pronto se dio cuenta de la pasión del sacerdote por los animales y comenzaron a traer perros abandonados a la iglesia en busca de ayuda. João Paulo Araújo Gomes comenzó a presentar a estos perros durante sus misas, compartiendo sus historias y personalidades únicas con la esperanza de encontrarles un hogar amoroso. 

“Sueño con una casa de paso, con un pequeño hospital veterinario, un lugar donde los animales callejeros muy enfermos, heridos y en estado crítico puedan ser auxiliados, recuperados y puestos en adopción (…) Dinero no tengo, recursos me faltan, pero tengo fe”, escribió el sacerdote en una publicación de Facebook, en el año 2019, en el que daba a conocer su iniciativa. 

La historia de este sacerdote amante de los animales llamó la atención de un equipo de producción de Netflix, que decidió destacar su trabajo en un episodio de una serie. La serie, titulada “Just Dogs”, se convirtió en un éxito internacional y arrojó luz sobre el compromiso del padre João Paulo Araújo Gomes para salvar a los perros sin hogar.