En un acto de justicia, las autoridades chinas llevaron a cabo la ejecución de Zhang Bo y su pareja, quienes en 2020 protagonizaron un trágico suceso al acabar con la vida de dos niños con el propósito de construir una nueva vida juntos. Este acto, que conmocionó a la sociedad, pone de relieve la firmeza de las autoridades en la persecución de la justicia y la protección de los derechos de los más vulnerables. 

Zhang Bo, un hombre de mediana edad, tenía un matrimonio, del cual nacieron los dos pequeños. Pero conoció a Ye Chengchen, con quien comenzó a salir. Se divorció de su anterior pareja y decidió que formaría una nueva familia con la mujer mencionada. Pero ambos consideraron que los niños eran un obstáculo, y ella amenazó a Bo con dejarlo si no se deshacía de los menores. 

Entonces, ambos decidieron acabar con las vidas de los niños. La pequeña de dos años fue lanzada desde un piso 15 en noviembre de 2020. El pequeño fue el segundo en ser empujado por su propio padre mientras jugaban cerca del borde que daba hacia la calle. 

Fueron capturados y sentenciados a la pena capital un año y un mes después de ocurrido los sucesos. La agencia estatal de noticias, Xinhua, aseguró que la ley determinó culpables a la pareja porque sus acciones “desafiaban seriamente la línea de fondo legal y moral“, por ser tan crueles. 

Tanto Bo, como Chengchen, fueron ejecutados el miércoles 31 de enero. En las redes sociales del país asiático, las personas parecieron estar de acuerdo con la decisión. En este país, según un estudio realizado, el 68 % de los chinos están a favor de esta práctica. 

La noticia de este acto deplorable se extendió rápidamente por todo el país, generando debates sobre la necesidad de fortalecer las medidas de protección infantil y de intervenir en situaciones familiares que puedan poner en peligro la vida de los menores. La sociedad china expresó su conmoción y exigió justicia para los niños que perdieron la vida de manera tan trágica. 

La ejecución de Zhang Bo y su pareja envía un mensaje claro sobre la política de tolerancia cero hacia la violencia infantil en China. Las autoridades están comprometidas a garantizar la seguridad y el bienestar de los niños, tomando medidas firmes contra aquellos que amenacen su vida y bienestar. Este caso ha llevado a reflexiones más profundas sobre la importancia de la intervención temprana en situaciones familiares problemáticas para prevenir tragedias similares en el futuro.